Trucheros de la Tota

Como una alternativa para contribuir al desarrollo de una acuicultura más amigable con el medio ambiente en el Lago de Tota y en respuesta a las necesidades de disminuir los aportes de material orgánico a este cuerpo de agua, generadas por las excretas de las truchas de cultivo y los residuos de alimentos concentrados, las siete empresas productoras de esta especie, en jaulas flotantes, han puesto en marcha varias estrategias para mitigar el impacto ambiental de sus explotaciones.

Conpes

De acuerdo con el documento Conpes 3801 de 2014 y la Asociación de Piscicultores de Boyacá, Asopisboy, en el Lago de Tota hay 284 jaulas instaladas con una ocupación de 16.042 metros cuadrados, lo que representa el 0,02% del área total del lago, cuya producción promedio anual es de 1.430 toneladas de pescado.

Los empresarios acuicultores son conocedores que los alimentos concentrados que usan como insumo y que contienen importantes contenidos de fósforo, elemento que en cierta proporción termina liberado al cuerpo de agua, bien sea en las heces de los animales o por el alimento no consumido.

“Estamos trabajando con las empresas productoras del alimento concentrado, y se ha logrado realizar la inclusión de fitasas en el alimento, para que los aportes de fósforo al lago se reduzcan en 25%, de lo que se venía aportando antes del 2016”, señaló Elizabeth Rodríguez, directora de la Asociación de Piscicultores de Boyacá, Asopisboy.

Vale la pena aclarar, que las fitasas son enzimas que aumenta la digestibilidad del fósforo como nutriente en la alimentación de las truchas y en consecuencia se reduce su presencia en las excretas y su efecto negativo en las aguas.

Psicultura no contaminante

Ahora, contrario a la opinión generalizada de que la piscicultura es el mayor contaminante de este cuerpo de agua, un estudio realizado en el 2014 por la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC) indicó que las zonas donde se registran las mayores emisiones de fósforo están en la quebrada del Mugre, afluente del Lago de Tota.

Esta recibe las aguas residuales del municipio de Aquitania, que no cuenta con planta de tratamiento, que tienen 20,7% de concentración de fósforo, mientras que las muestras de agua analizadas de las zonas piscícolas registran entre 7,2 y 8% de concentración.

También, es necesario aclarar que desde hace varias décadas, hay otros actores alrededor del Lago de Tota que también hacen aportes de fósforo y nitrógeno residual.

Cultivos

Por otra parte, el mismo estudio de UPTC indicó que los mayores aportes de nitrógeno proceden de la actividad agrícola, debido a las altas cantidades de gallinaza cruda, que es utilizada como fertilizante por los 5.400 cultivadores de cebolla del municipio de Aquitania, que colindan con el cuerpo de agua.

“Los resultados del análisis de isótopos estables indican que la gallinaza aporta en promedio el 86% del nitrógeno hallado en la materia orgánica del lago, por tanto menos del 15% del nitrógeno proviene de otras fuentes como el concentrado y las aguas residuales”, señaló el estudio.

Aun así, con el objetivo de reducir el impacto de la piscicultura en jaulas flotantes del Lago de Tota, los empresarios han venido realizando investigaciones y desarrollos desde hace años en la extracción de los desechos provenientes de las jaulas con el propósito de mitigar el impacto causado.

Colectores

“En el 2013 la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca, Aunap, en convenio con la Fundación Hidrosfera, ejecutó un proyecto piloto bajo el esquema de colectores, método que consiste en la instalación de una estructura tipo embudo denominada tolva, a un metro de profundidad por debajo de las jaulas, sobre la cual se sobrepone una geomembrana, con un sifón central para recolectar los desechos, con ayuda de una manguera y una motobomba”, aseguró Otto Polanco, Director de la Aunap.

En la actualidad este esquema es utilizado por algunas empresas de este lago, quienes continuaron con el proyecto y han realizado inversiones significativas en la modificación y perfeccionamiento del diseño y sistema de succión de los lodos, para hacerlos más eficientes.

Adicionalmente se construyeron unos lechos de secado para el compostaje del material orgánico recogido con el cual se han hecho pruebas para el uso del producto obtenido, el cual será destinado como abono y fuente de nutrientes para el cultivo de la cebolla.

Fuente: Portafolio

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