Emprendimiento bullying

Empiezan a rodar esas ruedas y tú a mantenerlas rodando”. Así define Giorgio Araújo la tenacidad con la que debe enfrentar la vida un emprendedor, reto que él mismo asumió desde hace más de dos décadas y que, al convertirse en referente, lo puso bajo la lupa de una compañía como Colombina, la cual terminó comprando su empresa bajo una modalidad particular: con gerente a bordo.

Remontémonos a los inicios de su vida profesional. Al culminar los estudios de administración de empresas y biología marina en la Universidad de Miami, Araújo regresó a Colombia y alternó su labor en las fincas de la familia con su trabajo en una exportadora camaronera, donde conoció el mundo de la agroindustria y las exportaciones.

Pasados cinco años, decidió vender la finca familiar. Con el dinero que le correspondía, más sus ahorros, creó, en 1992, la empresa Comexa. Esta empezó con la representación para importación de padrotes reproductores de camarón. Luego, vino la línea de deshidratados (de ají y mariscos) con la que innovó en el diseño de hornos de secado y, finalmente, en 1994, se dedicó a la elaboración y exportación de materias primas de ají picante.

Pero, ¿cómo fue su encuentro con el mundo del ají? Su suegro, George Baker, fue el pionero del ají en Latinoamérica, y tanto él como sus herederos han vivido de ese negocio.

Sin embargo, fue el azar el que lo llevó a crear, en 1994, las famosas salsas Amazon.
Cierto día, al pasar una especie de ají verde encurtido por un nuevo molino que estaban probando con su cuñado, notaron que este expelía un aroma particular e intenso, por lo cual Giorgio quiso probar también con el ají rojo y llevar ambos productos a una de las ferias internacionales a las que asiste anualmente, pero solo a manera de degustación. Fue tan buena la recepción, que desde entonces, y después de un proceso de creación de nombre e imagen, nacieron los productos Amazon. Aún hoy, son esas dos salsas las que hacen más del 90% de las ventas, si bien se invierte mucho en innovación y existe un amplio portafolio de sabores exóticos posicionados en mercados americanos, europeos y asiáticos.

Hacia 1998 Comexa estaba exportando y facturando muy bien. Sin embargo, la turbulencia política y económica de ese momento en el país llevó a Araújo a abrir su empresa y que se vincularan dos socios para llevarla al siguiente nivel.

Una de las políticas que Giorgio heredó de su suegro, y que coincide con los valores inculcados por sus padres, es la importancia de las cadenas productivas, entendiendo que se puede generar riqueza promoviendo a otros.

Tal como plantea este empresario, “uno solo no llega ni a la esquina, por más pasión que se tenga”. Así que con los agricultores siempre ha creado relaciones de largo plazo. Actualmente, trabaja con cerca de 40 (personas o empresas pequeñas), con los cuales se firma un contrato, se acuerda la cantidad de producto y se les compra todo presiembra. Así mismo, se les da las semillas y se les brinda asesoría técnica.

Entonces, estos valores corporativos, más una alta dosis de innovación y un espíritu exportador lograron encumbrar a Comexa y a Amazon en el top de la calidad. No obstante, los vaivenes de los mercados, más los factores económicos derivados del crecimiento a los que siempre se ven abocados los emprendedores, hicieron que en 2012 Giorgio le planteara a César Caicedo, presidente de Colombina y a quien había conocido años atrás en una reunión de trabajo cívico y comunitario, la posibilidad de que le comercializara su productos. Caicedo conoció la empresa y le gustó tanto lo que vio que, en vista de que no podía comercializar productos de terceros, optó por proponerle la compra.

DE EMPRENDEDOR A EJECUTIVO CORPORATIVO

En junio de 2013 Giorgio Araújo le entregó oficialmente la empresa a esta compañía global de alimentos con 90 años de experiencia. Y así, Colombina incorporó a su estructura comercial los productos picantes de la marca Amazon, con posicionamiento internacional en la categoría de salsas picantes.

La buena nueva es que Giorgio no abandonó su sueño. Fue contratado como director de exportaciones de la división de conservas y salsas, que ya manejaba la marca La Constancia. Sí, es un empleado corporativo, pero con el mismo espíritu emprendedor, razón por la cual parece que ambas partes dejaron en un segundo plano el tema de la compra y la venta. Es más, el equipo de investigación y desarrollo de Comexa también fue contratado por Colombina y se ha integrado con facilidad a los laboratorios de innovación de la compañía.

Giorgio describe esta experiencia como “fascinante” y cuenta que además de las marcas propias, le maquilan a importantes empresas del mundo.

Sin duda, este caso evidencia que el camino de un emprendedor también pasa por saber integrarse a cadenas de valor que potencien su creación. Este modelo no convencional refleja flexibilidad, cero vanidad, y capacidad para formar parte de un sistema más robusto que puede dar resultados exponenciales.

Al final, el emprendedor es un alma que sabe detectar cuándo y cómo se debe continuar. Pero solo lo logra si está bien formado, si se anticipa a los retos, si capotea el bullying propio del mundo empresarial y, ante todo, si asegura la sostenibilidad de lo que un día fue su sueño.

Germán A. Mejía A.
bmLab Latam. [email protected]

Fuente: Portafolio

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